miércoles, 24 de mayo de 2017

Secuestro de Archivos


Secuestrar a alguien o a algo que es valioso para uno, es un crimen lucrativo para los delincuentes ya que se aprovechan del cariño o la necesidad de tener algo. En esta ocasión nos vamos a concentrar en el problema digital que significa el hecho de no tener a la mano nuestros archivos porque fueron secuestrados.

¿Qué significa que secuestren nuestros archivos? Pues bien, empecemos por el principio. Existe una técnica bien conocida en el área de seguridad informática que le llaman “cifrar”. Es un mecanismo para proteger la confidencialidad de la información para que solo quienes tengan la llave puedan acceder a ella. Es como tener en un baúl nuestros bienes más preciados y tener una o más llaves para que solo uno o un grupo de personas puedan abrirlo y tener acceso a esos bienes. Este concepto lo tenemos desde hace ya tiempo en los ambientes digitales y que ha servido y sigue siendo de utilidad todos los días para las personas que usamos dispositivos digitales y redes de comunicación.
Ahora bien, esta técnica para cifrar archivos está orientada a “los buenos” que tratan de proteger la información de las personas y evitar que sus datos sean vistos por entidades ajenas. Pero al igual que un arma que puede ser bien usada por un policía para fines benéficos o por un criminal para asaltar, la técnica del cifrado de archivos también puede tener otro lado de la moneda cuando cibercriminales la usan para delinquir.
Los delincuentes cifran la información de usuarios pero ellos se quedan con la llave. Y piden rescate para liberarla con el fin de “abrir” el baúl donde está la información. Si no hay pago, no hay llave. Y de hecho, al estar tratando con delincuentes, no hay garantía de que aun habiendo pago, sí vayan a dar la llave; estamos en la incertidumbre.
Los delincuentes apuestan a que los usuarios tendrán tantos deseos de recuperar sus datos que acabarán pagando.  También apuestan a que el usuario no tendrá bien protegido su equipo o no tendrá respaldos de su información. Porque al secuestrar archivos de trabajo, fotos, tesis, reportes, información contable, planos de edificios, etc., saben que causan un daño. 
Y que el usuario no desea trabajar horas y horas para volver a producir los documentos secuestrados. O quieren tener acceso a su información de años a atrás que les sirve como referencia, por ejemplo. O tan simple como que hay datos como las fotos familiares que son irremplazables y no hay copia (respaldo). U otros datos corporativos que simplemente son también irremplazables porque son auditables o los necesitamos por ley o para trabajar con ellos y son imprescindibles.
Ahí es donde entran los delincuentes: apuestan a que más de uno querrá pagar el rescate. Ahora solo necesitan secuestrar la mayor cantidad de computadoras posible para maximizar sus ganancias: aunque solo un porcentaje bajo esté dispuesto a pagar ya ganaron si la cantidad de sistemas se cuenta en miles o millones.
Los delincuentes crean entonces un código malicioso que le llamaremos “ransomware” que es un término proveniente del inglés. Este código malicioso infectará computadoras y como dijimos, entre más, mejor; y está especializado en secuestrar archivos. 
Así es que todo se vale para infectar: enviar correos con adjuntos maliciosos, pedir a los usuarios que entren a sitios malignos o mejor aún: infectar computadoras sin que el usuario siquiera deba de llevar a cabo una acción.
Hace no poco tiempo todos nos enteramos por las noticias de un código malicioso llamado “WannaCry”. En varios medios noticiosos aparecieron notas describiendo que los usuarios reportaban una pantalla roja que decía que sus archivos habían sido secuestrados y pedía dinero en 3 días o duplicaría la cantidad de rescate. 
Se trata precisamente de un “ransomware”. Y por cierto y como ya dijimos, este código malicioso tenía todos los elementos más nefastos: secuestra los archivos más preciados, los delincuentes conservan la llave, infecta una gran cantidad de equipos en poco tiempo y sin participación del usuario; por eso sus efectos negativos alrededor del mundo. 
Este “ransomware” WannaCry aprovecha una vulnerabilidad informática de sistemas operativos de Windows, para la cual de hecho ya había una solución que había sido publicada por Microsoft antes de la aparición de WannaCry. 
Sin embargo muchas empresas y usuarios en casa no la tenían instalada, ya sea porque lo dejaron para “después” o porque no reciben parches de seguridad de manera automática o porque tienen un Windows pirata, entre otras razones.

El secuestro de archivos es en más de una ocasión posible gracias a las malas prácticas de usuarios o áreas de tecnología en empresas. Por ejemplo en este caso en particular de WannaCry la acción preventiva era “sencilla”: instalar el parche de seguridad de Microsoft para Windows y de esta manera el “ransomware” perdía su poder y capacidad de infectar…era todo lo que había que hacer. 
Así es que aprendamos la lección y no dejemos para mañana el parche o el respaldo que podamos aplicar hoy.